Lo primero porque íbamos en autobús, ni lejos ni cerca, a Miralbueno, pero para nosotros todo una aventura.
Nos hemos dado cuenta que los granjeros tienen mucho trabajo. Coenzamos saludando al perro pastor de la granja y dando de comer a los patos y gansos. Pudimos tocar hasta un patito recién nacido.
Después trabajamos en el huerto. ¡Hemos plantado lechugas! y hemos visto distintas verduras, cardo, alcachofas, y también plantas de patatas, cebollas...
tras esto hemos almorzado y jugado un poco en una pradera. Lo pasamos muy bien, corrimos muchísimo.
Nuestro siguiente trabajo fue dar de comer a los animales. Hemos visto muchos. Y hemos tocado a casi todos. Bueno a todos menos a la cerda. Era enorme!!!
Había cabras, ovejas, una burra, pavos, gallinas, y unos conejos recién nacidos que eran tan suaves que no queríamos dejar de tocarlos.
Había cabras, ovejas, una burra, pavos, gallinas, y unos conejos recién nacidos que eran tan suaves que no queríamos dejar de tocarlos.
Ya era la hora de la comida, así que hemos ido a la pradera y comimos sentados en la hierva, todos juntos, como a nosotros nos gusta. Se estaba muy bien en la sombra de los árboles.
Tras un rato de juego nos metimos en la casa de los granjeros para cocinar para los amigos una tarta de palomitas y a desgranar maíz para darle a los patos de comer otro día.
Por último vimos cómo es una incubadora de huevos eléctrica y cómo se cuidan a los pollitos cuando nacen.
Sin darnos cuenta era hora de irnos, nuestro autobús esperaba, pero antes nos comimos la tarta que entre todos habíamos elaborado.
Hemos hecho muchas fotos que podéis ver aquí.
Ser granjero es un trabajo muy duro, pero nos ha parecido muy divertido.
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